domingo, 21 de junio de 2015

Cambios para no cambiar

     La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia - Charles Robert Darwin.

     Desde que el 24M los PPajarracos ganaran perdiendo las elecciones municipales y autonómicas, muchas voces, dentro y fuera de la secta, pidieron explicaciones y cambios a Rajoy. El PPájaro bobo, acuciado por el ruido de fondo, primero anunció cambios en partido y gobierno, luego rebajó las expectativas, para finalmente anunciar una renovación, que de momento solo alcanza al partido y que en realidad es un pequeño lavado de cara para que nada cambie. Un poquito de maquillaje de cara a la galería, que solo supone la puesta a punto de la maquinaria de PPopaganda para ir preparando la campaña electoral con un superviviente Rajoy al frente de la secta.
 
 
     Los fútiles cambios del PPresi son como una variedad de gazpacho. La base del plato sigue, esto es, la denostada y nociva Mª CosPPi y a esta base, Rajoy le ha añadido un poquito de Andrea Levy para estudios y programas, una pizquita de Javier Maroto para la vicesecretaría sectorial y dosis al gusto de Pablo Casado en la comunicación. Todo esto se emulsiona con un generoso chorreón de Jorge Moragas como director de campaña y al igual que ocurre en el gazpacho con el ajo, Rajoy no ha querido prescindir del elemento que se repite, la corruPPción, en este caso Fernando Martínez Maillo como vicesecretario de organización e imputado por administración desleal en el caso de la quiebra de Caja España. Como veis, el nuevo equipo de Rajoy al frente de la secta de la gaviota puede resultar muy indigesto, como el gazpacho.
 
     Esta renovación sin cambio, solo busca acallar a los díscolos que dudan de la idoneidad del bobo para ser candidato de la secta. Casado y Levy son esas caras bonitas y jóvenes que desde que surgieran Podemos y Ciudadanos le faltaban al PP. El primero, PPupilo de Aznar y muy escorado a la derecha y la segunda, una de las caras más visibles del frente anti catalanista de Alicia S. Camacho. Maroto, ex alcalde de Vitoria, representa el pago de favores de Rajoy y Moragas, mano derecha de Rajoy en Moncloa, dice mucho de lo poco que Mariano quiere cambiar. Lo de Maillo es lo que nadie entiende. Por muy todopoderoso que sea este pepero zamorano, ¿es que no había nadie en la secta sin sombra de imputación para esa vicesecretaría? Visto lo visto, parece que en Casa PP no hay políticos ni militantes limpios.
 
     Con todo esto y de nuevo tras un PPlasma para evitar preguntas difíciles, Rajoy cambia sin cambiar y avanza hacia las elecciones sin moverse y eso sí, vuelve al estilo de su oposición a ZP: ataques indiscriminados a todos los que no pensamos como él, ni le votamos. Radicalidad, inestabilidad o ideólogos de la ocurrencia son alguna de las cualidades que el bobo y su chusma nos atribuyen, pero nos da igual, frente a la traición de los PPajarracos, nosotros somos más.

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