De tótems y esfinges

     Me cuesta mucho ganarme la vida honradamente y pago hasta el último de mis impuestos - José M. Alfredo Aznar López

     Con esta frase se despachaba Jose María Alfredo, hace 2 ó 3 años, en alguna entrevista o en la presentación de alguno de sus panfletos a los que él llama libros. Pues bien, esta semana hemos sabido que Chuki fue multado con 70.000 € por hacienda y obligado a pagar casi 200.000 más, por la afición del ex-PPresi a defraudar impuestos. El muñeco diabólico y su clan se sumaban así al rosario de corruptelas, extorsiones y evasiones de capital que esta semana han animado el cotarro de nuestro maltrecho y parece que podrido país. El alcalde pepero de Granada, el Ministro de Industria, Aznar y la Botella, Mario Conde y sus cachorros, los justicieros de Manos limpias y los administradores de Ausbanc. Un sinfín de delincuentes y delitos que sonrojan a cualquiera, sobre todo a cualquiera que no sea del PP, pues los PPajarracos, obvian, eluden o justifican las corruptas actitudes de los suyos con un rictus inalterable que les asemeja a los tótems de la Isla de Pascua. Y a la cabeza, Rajoy, protegido e inmóvil como la esfinge de Gizeh.

     Los "tótems" dirigentes de la secta de la gaviota demostraron todos a la vez mucha confianza en José Manuel Soria, cuando allá por el lunes el nombre del ya dimitido ministro aparecía en los papeles de Panamá. Confianza que se tornaba en satisfacción con las primeras explicaciones de Soria. Tanta satisfacción les llevó al enfado según los medios iban sacando firmas y conexiones del ex-ministro. "Esto es la guerra" lamentaba Hernando PP y el procesado Ministro de sanidad, Alfonso Alonso, llegó a hablar de cacería. La guinda la ponía el viernes, tras el consejo de PPajarracos, ViceSoraya, que lejos de confundirse con un tótem, se aparecía como una deidad. Magnánima, prudente y haciéndose de rogar. Justificó al cesante y alabó su buen hacer. Junto a Montoro eludió pronunciarse sobre el "delito" y posterior multa a su PPresi de honor, nada que ver con esa Soraya elocuente que el pasado año entraba a saco en el presunto fraude a Hacienda de Monedero. Con la dimisión de Soria se zanja el asunto, según la Vice, dejando entrever que nadie del Gobierno, ni nadie del PP, comparecerá en ningún sitio para dar ningún tipo de explicación más.

     En cuanto a Rajoy en su PPapelón de esfinge en este nuevo escenario de corruPPción, es lo mismo de siempre desde que el bobo fuera investido Presidente hace ya más de cuatro años. Escondido, timorato, firme con la corruPPción de cara al publicó, pero en privado obscenamente condescendiente con sus corruPPos. Rajoy y su PPresidencia se desdibujan como las facciones en el rostro de la Gran Esfinge de Gizeh. Las pirámides que le vigilan y protegen, ViceSoraya, Mari CosPPi y Moragas, nada tienen que ver con la fortaleza y majestuosidad de Keops, Kefren o Micerinos. Rajoy se parece a la gran esfinge por pemanecer impasible pase lo que pase a su alrededor. Eso sí, entre la esfinge de Gizeh y el PPresi hay una gran diferencia: la esfinge siempre será Patrimonio de la humanidad, Rajoy ya solo es patrimonio de corruptos, estafadores y siete millones de dudosos votantes a los que sin duda no les importaría delinquir para poder medrar.