domingo, 19 de octubre de 2014

Mayoría silenciosa, a la fuerza

     El peor gobierno es el que ejerce la tiranía en nombre de las Leyes. - Montesquieu

     Esta semana ha llegado al parlamento la nueva ley de seguridad ciudadana, una vuelta de tuerca más contra la ciudadanía indefensa, que se encuadra en la escalada de recortes en derechos y libertades que este gobierno está llevando a cabo en los últimos tres años. Esta ley, a medida del pensamiento único instaurado en la calle Génova, donde cualquier pepero habla en función de lo que escriben sus comisarios PPolíticos en el argumentario, más que la seguridad de la ciudadanía busca la propia seguridad de los PPajarracos para perpetuarse en el poder. En línea con el impresentable Rajoy, que en sus escasas comparecencias deja de nombrar a Bárcenas, Rato y Cía. como si no existieran, la nueva ley de seguridad busca borrar de un PPlumazo las protestas y así poder presentar a los españoles como un pueblo inmensamente feliz con su gobierno, en un país "Flower- PPower".
 
 
     La ley, conocida ya como "Ley Mordaza", es la aportación al gobierno del oPPusiano ministro Fernández Díaz. Criminaliza claramente las protestas que a partir de ahora se pudieran producir contra los abusos de PPoder que está cometiendo el gobierno y propone abultadas sanciones. Busca que el miedo de los discrepantes a las multas, les disuada de manifestarse. El texto está lleno de ambigüedades y si bien se ha suavizado respecto al proyecto inicial, dichas ambigüedades dejan al ciudadano vendido a la interpretación arbitraria de la norma por parte de un policía ardoroso. Así, se podría dar la circunstancia de que un PPoli afín a las gaviotas identificara y propusiera sanción para un preferentista de Caja Madrid, a punto de ser desahuciado y concentrado a las puertas de la Audiencia Nacional, mientras los estafadores Blesa y Rato, protegidos por otros polis, salen de esta misma Audiencia con su sonrisa cínica, a seguir disfrutando de su vida de lujo con el dinero robado. El execrable ministro niega la mayor. Pero viendo como a unos se les detiene por alegrarse o mofarse del asesinato de Isabel Carrasco, mientras gentuza como Miguel A. Rodríguez siguen en la calle a pesar de sugerir en público el fusilamiento del President Mas, es lógico que dudemos de su devaluada palabra.
 
     Por la imprecisión de los delitos sancionables descritos en esta retrógrada Ley, el propio texto ningunea a los jueces dejándolos sin decisión, siendo "otros" los que ejecutarán el cumplimiento de las sanciones administrativas que prevé la ley. Todo esto ha provocado que ni los jueces conservadores de CGPJ estén a favor de este nuevo avance hacia la dictadura. Además, el propio Consejo de Europa ya expresó su preocupación por la aprobación de esta ley, a través de su comisario de derechos humanos Nils Muiznieks, que tachó a la "Ley Mordaza" de muy problemática, situándola cercana a la línea de lo inaceptable.
 
     Como veréis,  los de la secta de la gaviota, añorando otros tiempos, parecen querer recuperar la Brigada Político-Social y la DGS de la Puerta del Sol. Suerte que otros países sí hayan evolucionado y ya no exista la Gestapo para colaborar con nuestro gobierno, como ocurría en los primeros años del franquismo. Por cierto, que han pasado tres semanas desde que se conoció el escándalo de las tarjetas black y sigue sin haber detenidos. ¿Qué seguridad ciudadana es ésta, señor Rajoy...?

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