domingo, 17 de noviembre de 2013

Cuant@ mierda

 
     Y no me refiero sólo a la suciedad en las calles de Madrid, donde una alcaldesa elegida a dedo, dejó la limpieza de Madrid en manos de empresas elegidas a dedo y entre todos, la Botella y las concesionarias, le han sacado el dedo corazón a los madrileños, dedicándoles una hermosa PPeineta.
 
 
     Con mierdas, me refiero tanto a las cagadas protagonizadas esta semana por pajarracos y afines, como a sus protagonistas. Wert y su guerra contra Europa y los Erasmus. Rajoy acudiendo a Paris a "pedigüeñear" fondos para los planes europeos de empleo joven, sin ni siquiera aportar un boceto de lo que tiene preparado para los jóvenes españoles. El tirón de orejas del Eurogrupo al gobierno español por unos presupuestos poco fiables. La vergonzante sentencia por el desastre del Prestige o la fiscalía defendiendo servilmente a la infantita, antes de ser imputada por el juez Castro. Todas estas cosas y alguna más, convierten a nuestro país en una cloaca llena de mierda. El estercolero de Europa, una alcantarilla atascada por deshechos que sólo se desatascará cuando las gaviotas abandonen el gobierno.
 
     Basuras y mierdas aparte, lo que más me ha impactado esta semana ha sido algo que prácticamente no ha tenido transcendencia mediática, pero que sin duda representa un paso más en el particular concepto que tienen los pajarracos de su justicia de mierda: "Si me ayudas te recomPPenso, si me atacas te inhabilito". Me refiero a la última vuelta de tuerca que el Consejo General del PPoder Judicial ha dado al juez Elpidio José Silva. El CGPJ ha multado con mil euros al juez Silva por revelación de secretos en una entrevista que publicó eldiario.es, poco después de que la Audiencia de Madrid obligara a Silva a excarcelar a Blesa. La multa es ridícula. Mil euros son fáciles de pagar, pero lo grave es que se multa al juez a pesar de que los redactores del digital, en su declaración, aseguraron que no se reveló ni una coma de la instrucción del caso Blesa.
 
     La multa a Silva, se suma a una serie de actuaciones que el PPoder judicial está llevando a cabo contra el juez, desde que este se hizo cargo de la instrucción del caso que investigaba la compra del City National Bank de Florida por la Caja Madrid de Blesa y que acabó con los huesos del amiguísimo de Aznar en la cárcel de Soto del Real. Por dos veces encarceló Silva a Blesa y por dos veces la justicia gallardoniana lo ha puesto en la calle. No sólo contentos con la desautorización del juez en defensa de Blesa, la fiscalía interpuso una denuncia por prevaricación contra el juez Silva, denuncia que mantiene a Silva suspendido de sus funciones y que podría acabar con su inhabilitación para ejercer la carrera judicial. De nuevo un juez incómodo para el PP, que puede acabar su carrera antes de tiempo.
 
    Silva, pendiente de declarar en el TSJ de Madrid, acaba de recurrir la prohibición de acceder a los correos electrónicos de Miguel Blesa, parte fundamental de la causa que instruía el juez y que llevaron a este a dictar el  auto de prisión contra el "cajero pepero". En estos correos se apreciaban, según Silva,  comportamientos relacionados con el tráfico de influencias y operaciones irregulares. Los correos demostrarían que el juez tenía fundamentos para llevar a Blesa a la cárcel, que no prevaricó. Pero parece que Silva ya está sentenciado, pues el TSJ de Madrid no está por la labor de permitir que la defensa de Silva utilice estos correos, algo que obligará al juez a declarar de memoria, algo difícil por el tiempo que ha pasado desde que le apartaron del caso. Tiempo que sigue aumentando, pues la declaración de Silva se ha aplazado ya un par de veces. Silva, también ha pedido que declaren como testigos los jueces Bermúdez y Andreu, que instruyen causas relacionadas con Bankia, así como los abogados de Manos Limpias y otras acusaciones particulares, que ayudarían a demostrar su buen hacer.
 
     A pesar del recurso, el juez juzgado, no parece que haya convencido a sus verdugos. Magistrados que seguramente están pensando ya en como decorarán su nuevo despacho, en su nuevo cargo, una vez que hayan acabado con el último juez que se enfrento al PPoder de las gaviotas. Silva, como Garzón, habrá ganado el prestigio popular que su oficio le negó. Nosotros habremos perdido una de las últimas oportunidades de ver a los "gangsters" pudrirse en prisión. El PP, habrá ganado argumentos para decir lo buenos que son, lo bien que lo hacen y seguir pasándose sobres en cajitas de puros.

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