Son muchas las palabras con las que, unos para disimular sus recortes y corruPPción y otros para disfrazar su traición, nos han machacado en los últimos años. Desindexación, reformas, regularización o responsabilidad, son alguna de esas palabrejas, prostituidas por nuestros políticos para disfrazar la verdad. Pero sin duda una de las palabras más repetidas por algunos desde que apareciera Podemos es "populismo" y con la que los mafiosos de Rajoy, los "neocon" de Ciudadanos o los traidores de Gusana, definen peyorativamente todo aquello que se sale de sus caducas normas. Ha sido en la última semana, tras la victoria de Trump, cuando la palabra " populismo" ha sonado continuamente para definir al nuevo Presi americano, a la Le Pen, a Orban y como no a Iglesias. Los Políticos "constitucionalistas" y sus columnistas a sueldo, han abusado del término haciendo un totum revolutum, en el que Trump o Le Pen parecen coincidir ideológicamente con Maduro y Varufakis, con una única intención: desacreditar a Podemos y sus dirigentes por pensar diferente que el PPSOE y el PP. En esta escalada de simpleza política, la palma se la lleva la traidora Gusana. En uno de sus cada vez más habituales excesos verbales, ha asegurado que Podemos y Trump, beben de la misma fuente, lo que nos hace preguntarnos: ¿Quizás bebe Gusana Díaz de la misma fuente que renombrados golpistas como Franco, Pinochet o Tejero...? Supongo que si a Trump le llega algo de esto se estará descojonando de la Díaz en lo alto de su torre de Manhattan.
Según la RAE, populismo es una "tendencia política que pretende atraer a las clases populares" y que además su objetivo es "devolver el poder político al pueblo". Nada malo, si damos por buenos los postulados de la Revolución Francesa como hasta ahora, aunque parece que en la España de 2016, eso de "el poder reside en el pueblo" es solo un slogan. La victoria de Trump ha dolido especialmente a los líderes europeos en general y españoles en particular. Trump, ha devuelto la imagen del espejo a Rajoy, Gusana o Riverita. El nuevo presidente del mundo dice que hará un muro anti-emigrantes, en España ya existe. El magnate habla de recortar el "Obamacare", en España la sanidad se recortó hace mucho. Donald se jacta de que podría disparar en plena calle y le votarían, en España, hemos hecho Presidente a un presunto delincuente. Solo hay una diferencia entre Rajoy, Rivera o la sultana andaluza y Trump. El nuevo líder americano habla sin tapujos, en España los tres líderes de la gran coalición, se caracterizan por mentir como vellacos.
Está claro que en su ignorancia, los mediocres líderes españoles de los viejos partidos y su maquillador Rivera, solo buscan ofender acusando a los demás de populismo, pero atendiendo a la definición del vocablo, yo estoy muy orgulloso de ser un populista.
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