Ayer, con motivo de los lamentables atentados en París, vi a ViceSoraya forzar emoción por segunda vez esta legislatura. La primera vez ya me pareció lamentable, que para presentar el "fondo social de viviendas", allá por enero de 2013, la Vice se comparara entre sollozos con los desahuciados diciendo aquello de "nos podría pasar a todos", sin reparar en que a ella es difícil que le pase por su existencia como PParásita política y olvidando que las víctimas de los desahucios son expulsados de sus casas por los mismos bancos a los que el gobierno del que es VicePPresidenta favorece.
Lo de ayer frente a la embajada francesa, sobrepasa lo patético. ViceSoraya, vestida al estilo cuervo, otro pajarraco de triste reputación, hacía sus primeras declaraciones de repulsa, tras los atentados de París. Muy sobreactuada, forzando sus emociones y al borde de la lágrima, Soraya se solidarizaba con Francia y confirmaba la muerte de un ciudadano español. Verla así me revolvió las tripas, pues supongo que tras su cara desencajada estaría pensando en los planes del finde. Pero claro, una víctima es una víctima y en #casaPP en cuestión de terrorismo y víctimas no dejan pasar la ocasión. Al igual que con los desahuciados, las víctimas del yihadismo siempre son los mismos, el pueblo llano. Y para muestra, solo hay que ver la rapidez con la que se evacuó a Hollande del Estadio de Francia.
Desde luego dos cosas han quedado claras tras los ataques yihadistas de París. La primera y más dramática es que cualquier ciudadano occidental puede ser víctima en su ciudad o en su barrio de estos desalmados. La segunda es que si algún día la Vice deja de vivir de lo público, puede convertirse en la nueva Aurora Bautista para interpretar épicos personajes al estilo de Juan de Orduña. La lágrima fácil ya la tiene.
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