La soberbia no es grandeza sino hinchazón; y lo que está hinchado parece grande pero no está sano - San Agustín
Desde las autonómicas y municipales, Rajoy, consciente del error de sus apariciones en plasma, carreritas para huir en el Senado o evasivas sobre el tiempo cuando le preguntaban por el paro, instó a los de la banda a ser solícitos con los periodistas y con los votantes en la calle y, para predicar con el ejemplo, decidió iniciar él mismo la nueva política de comunicación de la secta de la gaviota, autoproclamándose "rey de las ruedas de prensa". Su afán por estar en los medios nos ha dejado momentos y frases como para pensar que al presi le falta un hervor, sin embargo según el medio o el entrevistador, los errores del bobo han sido más o menos ostensibles. En todo este devenir de comparecencias y entrevistas, con Carlos Alsina, Rajoy demostró que es una persona que no llega ni a mediocre y desde entonces, según quién pregunte, la tensión que desprende Rajoy es mayor o menor.
Esta semana Rajoy ha asistido a dos entrevistas en su papel de emergente estrella mediática. La primera el lunes, en TVE, con Ana Blanco y un puñado de ciudadanos PPreviamente seleccionados y con preguntas PPregrabadas. Un chalaneo diseñado por el sosPPechoso Gundín que permitió a Mariano soltar su mantra sobre lo bien que lo ha hecho, lo bien que está España y lo malo que sería que el PP no ganara, cuatro arengas contra Mas y el independentismo y ni una sola repregunta, no vaya a ser que el bobo se vuelva a liar.
La segunda entrevista de la semana se la concedió Rajoy a Pepa Bueno en la Cadena SER. Aquí Rajoy se mostró a la defensiva y aunque contestó a casi todo, el líder de los PPajarracos fue ambiguo en lo general y algo esquivo en según qué temas. Como afortunadamente Pepa Bueno no es Carlos Herrera, las preguntas y repreguntas con datos que desmienten el discurso oficial sacaron de quicio a Rajoy, llegando a ser hostil con la periodista: "Tenemos cierta tendencia a hacer noticia solo de lo malo" o "tengo la sensación de que alguien se enfada cuando hablo de los buenos datos de la economía" fueron dos de las frases con las que Rajoy atacó a Pepa cuando esta le hablaba de la auténtica realidad. Tampoco gustó al presi que en la entrevista se le preguntara por la corruPPción y cuando Pepa le desmintió que España fuera el que más crece de la UE, un arisco Rajoy le contestó que él solo hablaba de países grandes: "Con todos mis respetos, no me voy a comparar con Letonia". La entrevista avanzó y con las dificultades propias de alguien que pregunta a otro extraordinariamente cabreado, la Bueno hizo lo que pudo, pues el candidato solo quería decir eso del país quebrado por ZP, los cientos de miles de empleos creados y lo del crecimiento desmesurado. Argumentario sin atisbos de la cruda realidad.
La de la Bueno fue una magnífica entrevista a un pésimo entrevistado. Siempre con el pie por delante y un discurso muy pautado para no meter la pata. Con esto solo puedo decir: ¡Viva la Pepa!
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