Mucho se está hablando estos días de la charca repletita de ranas de Esperanza Aguirre, esa ignorante lideresa que inauguraba todo lo inaugurable, mientras cualquier ser vivo de su entorno, aprovechaba su candidez para robar todo lo robable, eso sí, sin que EsPPe se enterara de nada. Pero sin duda si ampliamos el foco más allá de los PPajarracos de Madrid y observamos a toda la banda, incluidos los que controlan Moncloa, la situación es desoladora. Investigaciones que siguen en Valencia, lo ocupan todo en Murcia o se vislumbran incipientemente en Castilla Leon con su trama de parques eólicos, todo ello aderezado con un dudoso e indecente gobierno, cuyos ministros intercambian mensajes con los detenidos, mientras maniobran en la sombra para intentar obstruir las investigaciones judiciales que cercan a la mafia de Génova 13. Unos y otros, reos y mentores, han convertido nuestro país en una ciénaga, en la que nos hundimos todos los ciudadanos, mientras ellos, las alimañas de este pestilente cenagal, siguen a salvo controlándolo todo.
Sin duda lo más preocupante en esta ciénaga en la que han convertido España, es el juego sucio con el que gobierno intenta parar las instrucciones judiciales y controlar a los fiscales, para ocultar las diferentes tramas de corruPPción que afectan a la secta de la gaviota, quien sabe si para seguir financiándose de manera ilegal, presuntamente. Lo de González lo sabían ya que les avisó el ex-alcalde de Leganés y en vez de parar el saqueo, fulminaron políticamente a un alcalde honesto. El gobierno de Rajoy en minoría, acostumbrado como estaba a vetar cualquier investigación con su rodillo absolutista en la pasada legislatura, está intentando suplir su debilidad parlamentaria, con un secuestro en toda regla del poder judicial. El artífice de este golPPe a la separación de poderes, Rajoy. Su brazo ejecutor, el ministro Catalá. Las víctimas, jueces, fiscales, algunos miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad y por supuesto, la democracia. Catalá no dudo en echar a Consuelo Madrigal por negarse a la PPurga en la judicatura, llevó a Moix a anticorrupción a pesar de los informes contrarios y ordena lo que se investiga y lo que no, en función de los intereses de la mafia pepera, coaccionando a jueces y fiscales. Catalá y por supuesto Rajoy, son al Poder Judicial, lo que Erdogan es a los funcionarios díscolos en Turkia. Quizás por eso personajes como Rato y Blesa sigan libres o Camps y Aguirre, ni siquiera estén imPPutados. Sus vergonzantes intentos de salvar a los corruPPtos, los intentan lavar con comparecencias parlamentarias en las que da igual las preguntas puesto que ellos contestan lo que llevan escrito, razón por la que quizás sí sea pertinente la moción de censura de Podemos, al menos se hablará del saqueo del país por parte de los peperos, aunque dicha moción sea rechazada por las muletas de los corruPPtos: C's y PPSOE, apoyos que provocan que Rajoy se venga arriba y nos insulte una vez más a todos ironizando sobre la situación.
Han pasado ya nueve días desde que se lanzó la operación Lezo, otra trama pepera que acerca el número de imPPutados del PP al millar. Hemos oído todo tipo de conversaciones telefónicas entre los detenidos y otros imputados sobre Catalá, de la Maza y Moix que sonrojan a cualquier demócrata. Seguimos asistiendo atónitos como una y otra vez, aparecen en las tramas los mismos empresarios, los corruPPtores, sin consecuencias. Todo esto gracias a más de ocho millones de votantes, sin duda tan corruPPtos como los peperos, que con la que está cayendo, volverían a votar lo mismo. ¿Hay esperanza para acabar con las alimañas de esta ciénaga...? Esperemos que sí.
Rafael Ortuño Hinojosa un conocido cierra burdeles
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