Un cuento por Navidad

 

     Ya hace un año que los pajarracos, con el pájaro bobo a la cabeza, llegaron al poder con la lotería de Navidad. A pesar de que muchos intuíamos que nos había tocado "el gordo", lo que no podíamos pensar es que además habíamos sido agraciados con un premio especial al décimo.

 

     Llegaron con un programa denso y opaco que escondía su programa oculto. Mintieron en las comunidades autónomas, que controlaban en su mayoría, para magnificar el déficit. Y entre discursos y felicitaciones intentaban vendernos "un cuento" por Navidad, en el que dibujaban, emulando a Dickens, su visión sectaria de las navidades pasadas, presentes y futuras.

 

     Con las navidades pasadas se centraban en el periodo de Zapatero, ese descreído al que le dio por profanar tumbas, casar maricas y gastar por encima de nuestras posibilidades. PPatrañas de su cuento. Zapatero sería un descreído, pero extremadamente respetuoso con los credos e ideas ajenas. En cuanto al matrimonio gay, precisamente por su respeto hacia el resto, lo que hizo fue reconocer derechos a los que, víctimas de su condición sexual, carecían de ellos. Por último, en lo tocante al gasto, ZP se vio envuelto en una crisis que lo devoraba todo como consecuencia de la burbuja aznariana, que aún obligándole a recortar en contra de sus principios, intentó paliar con planes de empleo más o menos acertados y ayudas a los más desfavorecidos. Al margen de ésto, para descalificar esas navidades pasadas, los pajarracos se dedicaban a cacarear negociaciones con ETA, televisiones manipuladas y balcanizaciones de España.

 

     Pero llegaron al poder en las navidades de 2011, que en ese momento del cuento representaban las navidades del presente. En esa navidad del presente, los pajarracos recién aterrizados, apelaban con grandes sonrisas a la confianza que al llegar ellos se palpaba en los organismos internacionales con respecto a España. Se jactaban de ser el gobierno de todos y auguraban un futuro inmediato prometedor, con creación de empleo y riqueza para las navidades futuras. Craso error de las gaviotas, que como buenos caciques al estilo del "usted no sabe quién soy yo", pensaron que al llegar ellos todo iría rodado.

 

     Y llegó la navidad del futuro, es decir, la que empezó ayer con la lotería. Ahora ya no les valen los cuentos: cientos de miles de parados más, los ciudadanos que aún tienen trabajo están en situación cada vez más precaria, los funcionarios se empobrecen, la inflación se ha disparado, los impuestos se multiplican, la educación y la sanidad entran en proceso de privatizaciones, la justicia es para ricos y las pensiones crean pobres, se controla la información al estilo franquista...Podríamos estar así hasta la próxima navidad, pero no es cuestión. Aún así, desde Moncloa han editado un panfleto de unas diez hojas en las que nos quieren colar otro cuento navideño, relatando lo bien que lo han hecho, sin ápice de autocrítica y en el que nos quieren hacer tragar que su traición ya está dando resultados.

 

     En vista de que los cuentos de los pajarracos son sólo eso, cuentos sin ninguna credibilidad y puesto que a mí la navidad no me ablanda el corazón, antes de mis habituales preguntas quiero dedicar una canción a todos los pajarracos, desde Rajoy o Cospedal, hasta el último afiliado de la calle Génova. Creo que como gaviotas, la letra de la canción les va al pelo, bueno, a la pluma.

 

 

- Esa energúmena que lleva a Cospilandia al caos y que acostumbra a clavarse una peineta allá por el mes de junio, ha felicitado las pascuas incitándonos a consumir productos cospilandeses y ajos chinos. ¿Cómo quieres Mari Cospi fomentar el consumo en una región que tú y los tuyos estáis hundiendo en la miseria? ¿Es posible que en el último Corpus te clavaras la peineta más de lo debido dañándote el cerebro?

 

- Este viernes el gobierno ha anunciado su intención de subir el Salario Mínimo Interprofesional la friolera de un 0,6%, lo que supone de media 3,9 € al mes. ¿Qué burla es ésta? ¿Por qué no os metéis por la cloaca dicha subida centimillo a centimillo? ¿Quizá vais a utilizar esta ridícula subida en el cuento que previsiblemente contaréis la próxima navidad? Sr. Rajoy, si usted tuviera vergüenza ya se habría tirado por el viaducto.

 

     Lo peor es que llegará la navidad de 2013 y todo parece indicar que será mucho peor que ésta. Aunque estoy seguro que los pajarracos nos dibujarán una España paradisiaca. Pero ese es otro cuento. ¡Hasta el año que viene!