Durante estos 40 años de pseudo democracia, los dos partidos predominantes, han dispuesto de voceros que han actuado como perros de presa. Alfonso Guerra por el PSOE, aún sigue enredando en mítines y medios de comunicación, aunque ahora su ponzoña se dirige contra su líder. Entre la mafia genovesa, hasta ahora el más duro había sido Álvarez Cascos, vice-presi y secretario general pepero de infausto recuerdo. Rajoy, para no ser menos, ha buscado a su propio PPerro de PPresa y lo ha encontrado en la persona de Rafa Hernando, un ultra, admirador de Fraga, faltón y desabrido y que solo sabe ser un perro faldero de los líderes peperos de turno. Esto es, un PPelota del jefe con menos escrúpulos que un cocodrilo y lengua viperina.
Hernando, como tantos PPajarracos, jamás ha vivido de nada que no sea la política. Desde joven andaba metido en AP y simpatizaba con grupitos ultras, hasta que en 1983 este joven abogado, máximo exponente de lo que es un niño PPijo, fue elegido concejal en Guadalajara. A partir de aquí, diputado regional, senador y desde 1993, diputado en el Congreso. En estos 23 años como hooligan de la secta en la Carrera de San Jerónimo, Hernando nos ha dado grandes momentos con su forma de conducirse, repartiendo a todos y contra todo. En declaraciones públicas calificó al juez Pedraz de " pijo ácrata" por archivar la causa de la manifestación del 25- S o se mofó de los que quieren buscar los restos de familiares represaliados del franquismo en una tertulia de la caverna mediatica. Como parlamentario, acusó falsamente a UPyD de financiación ilegal lo que le supuso una condena de 20.000 € y en 2005 intentó agredir a Rubalcaba y tuvo que ser parado por Acebes y Zaplana. Este intento de agresión, es el único episodio violento de un parlamentario desde el siglo XIX. Notables y vomitivos son también alguno de sus twits, pero no quiero provocar una úlcera por asco a nadie.
Con todo esto, este ser con forma humana y corazón de cerdo, debería ser inhabilitado, pero como la secta de la gaviota es otra cosa, Rajoy lo premió en Diciembre de 2014 con la portavocía del grupo pepero, lo que permite al bobo ser un parlamentario fino y atacar a la oposición con su perro de presa, Rafael Hernando. Este tandem nos ha devuelto a la realidad en la por suerte fallida investidura de Rajoy. El "en funciones" plano, soporífero y haciendose el gracioso para que le jaleen sus gruPPis. Hernando, agrio, amenazante y sin empatía. Un asqueroso espectáculo de bajo parlamentarismo y merecedor del doble NO que cosecharon Rajoy y su partido mafioso los pasados días 31 de Agosto y 2 de Septiembre.
¡ Feliz regreso a la cotidianidad!
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