Metidos de lleno en plena precampaña electoral y entre inauguración e inauguración, los PPajarracos, haciendo un alarde de patriotismo PPaleto y más que rancio, han decidido tirar la casa por la ventana y gastar un buen pico para celebrar la fiesta nacional. Ellas con coloristas vestidos para la ocasión y ellos más austeros con sus trajes oscuros, pero todos encantados derrochando "nacional-PPePPerismo" y babeando con la llegada del ciudadano Felipe y sus livianas acompañantes, Leticia, Leonor y Sofía. Este año hay hasta estrella invitada, el jefe militar de la OTAN. Y por supuesto no faltará lo previsible: izado de bandera, homenaje a los caídos y mucho desocupado blandiendo banderitas como si les hubieran dado cuerda, eso sí, bien controlados, no vaya a ser que alguien con muy mala "follá" organice protestas contra el gobierno como hacían ellos en los 12-O que presidió ZP, protestas que en el fondo animaban tan tedioso desfile.
A pesar de las dificultades para conocer los gastos suPPerfluos que Rajoy y su banda llevan a cabo, algo se va sabiendo del dispendio de este 12-O, seguro que para ellos justificado, dado el desafío soberanista de Catalunya que compromete la unidad de las EsPPañas, pero injustificable para la mayoría de españoles que ven como su situación no mejora a pesar de las alharacas que llegan desde la secta con eso de la recuperación. Solo el desfile militar va a costar más de 800.000 euros, eso sin contar con la exhibición aérea, que contará con los aviones que trajeron a nuestros enfermos de ébola o con el Boeing 707 que trasladó a nuestros nacionales desde Nepal. Bueno, a un puñadito. A estos euros hay que sumar lo que cueste la iluminación de una gran bandera de España proyectada en la fachada del Palacio Real, el concierto gratuito de la Orquesta Nacional en el Auditorio Nacional, la exposición en los jardines del Cuartel General del Ejército de Tierra sobre las intervenciones de las tropas en el exterior, la gratuidad del Prado, el Reina Sofía, el Thyssen y los otros 16 museos estatales y por supuesto, los gastos de seguridad de todos los actos oficiales, incluida la recepción real en palacio. En esta vorágine de estupidez ultra-nacionalista, el gobierno ha invitado a las cadenas de televisión a poner una "mosca" en la parte superior derecha, como no, de la pantalla y han sugerido desde Moncloa una banderita española.
Como veréis, aunque obscenamente castrense, este 12-O no faltará de nada, aunque muchos en el PP seguro que todavía añoran la muestra de bailes regionales que en vida de su admirado dictador retransmitía TVE desde la plaza del Pilar de Zaragoza. Si el 20 de Diciembre los votantes de izquierda no lo evitamos, todo será posible en los próximos 12-O.
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