Con la polémica aún viva por los "tasazos" judiciales de la Ley Fachardón, en la que incluso se dificulta el derecho a la defensa gratuita, en los últimos días y semanas hemos asistido estupefactos al nuevo rol de defensor ejercido desde la fiscalía en algunos casos de supuesta corrupción que afectan a varios pajarracos e incluso a miembros de la Casa Real. Los fiscales están protegiendo de oficio a los acusados, recurriendo las decisiones de los jueces. Algunos de los posibles imputados tienen su mejor defensa en el fiscal de turno. Los jueces instructores, además de desmontar los argumentos de los abogados, han de enfrentarse a las alegaciones que la fiscalía presenta en defensa de los acusados. Por no hablar de los ataques recibidos de los medios ultras cercanos a Génova y a veces, de los propios pajarracos. Admirable es la decisión con la que actúan Ruz, Castro o Elpidio J. Silva, amenazados por las artimañas de los que inhabilitaron a Garzón.
En el proceso que instruye el juez Castro, el hueso es duro de roer. El caso Noos toca de lleno a la jefatura del Estado. Según Castro, la infanta Cristina debería declarar para determinar el grado de implicación que puede tener en los supuestos sucios negocios de su querido Mangarín. En el momento en que Castro se decidió a citar a declarar a la infanta, la fiscalía se tiró con los pies vueltos a impedir el paseíllo de la real declarante. En dos minutos echaron por tierra el auto de Castro, librando a Cristina de la humillación de ser un ciudadano más. Aún así, Castro busca ahora un posible delito fiscal y solicita las declaraciones de la renta de la Infanta. Ésta, respaldada en esta ocasión por la Agencia Tributaria, se niega a entregarlas.
En el caso Blesa también la fiscalía ha adoptado el papel de abogado defensor. El ex presidente de Caja Madrid por obra y gracia de Aznar y Esperanza Aguirre, está siendo investigado por la oscura compra del City National Bank de Florida. Dicha compra en principio fue un mal negocio en el que Blesa se empeñó, pero ante el juez Elpidio José Silva no fue capaz de argumentar con solvencia la adquisición del banco americano. Fue enviado a prisión, pagando dieciocho horas después la fianza de 2,5 millones de euros. Hace unos días, el juez Silva interrogó a Blesa. En esta ocasión por la supuesta desaparición de 100 millones en la compra de ese banco. De nuevo Blesa no fue nada convincente, dando con sus huesos en Soto del Real, esta vez sin fianza. A partir de ese momento, la ira del fiscal Moix se desató. Ha recurrido el auto de prisión directamente a la Audiencia de Madrid, pasando del juez, al que ha dirigido ataques personales y al que amenaza con denunciar por prevaricación. El juez también sufre ataques personales de los medios de comunicación cavernícolas, propiciados por el fiscal Moix, fiscal ultraconservador muy conocido por tachar de antidemocráticos a los manifestantes del 15-M o intentar evitar la imputación de Antonio de Guindos y su equipo de seguridad en el Ayuntamiento de Madrid, por el caso Madrid Arena.
Pero sin duda alguna, el caso más sangrante es el de Bárcenas. A estas alturas nadie entiende como Luis el Cabrón no está ya en prisión preventiva. A duras penas, la fiscalía ha admitido la retirada del pasaporte y además, el juez se ha tenido que pelear para expulsar al Partido Peligroso del proceso, en el cual estaba personado como acusación desde el inicio del caso Gürtel en 2009, siguiendo la estrategia de Trillo y que acabó con Garzón inhabilitado...¡manda huevos! A pesar de los informes de la UDEF, Ruz carece de la colaboración de la fiscalía, que parece atender más a los deseos de la secta de la gaviota que a su obligación de hacer justicia.
Con tanto presunto ladrón en las altas esferas del poder:
- ¿Es posible que las últimas maniobras peperas para controlar el poder judicial vayan dirigidas a garantizar la impunidad de estos presuntos delincuentes y con ello comprar su silencio? ¿Por qué los de Génova, en vez de colaborar con la justicia, se dedican a entorpecer los procesos que les afectan? ¿Hasta dónde llega la mierda en el Partido Podrido: financiación ilegal, tráfico de influencia...?
- ¿Para cuándo una justicia verdaderamente independiente? La separación de poderes de la que tanto hablan será una falacia mientras el fiscal general o los miembros de las altas instancias judiciales sigan siendo cargos políticos. ¿Por qué los pajarracos no apuestan de verdad por la transparencia dejando trabajar a los jueces encargados de desenmascarar su corruPPción? Tanto zancadillear a la justicia sí que deteriora la marca España en el exterior.
- Sobre el caso Mangarín, cuando el Borbón hablaba de una justicia igual para todos, ¿a quién se refería? ¿A los súbditos, inferiores a él? ¿A su yerno porque no le gusta el OPUS? Está claro que a su hija no, pero...¿aceptarían en Zarzuela que el yernísimo pasara por la cárcel? ¿O buscarán una triquiñuela legal en connivencia con el gobierno del bobo para burlar a la justicia?
Un país sin justicia igualitaria es un país abocado al enfrentamiento de clases. Lo primero ya ha llegado de la mano de las gaviotas, lo segundo, ya veremos.
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