Parece que una vez que los PPajarracos han tirado la toalla en lo que a la crisis se refiere y puesto que su futuro en la tierra está garantizado, comienzan a preocuparse por ganar el cielo una vez muertos. Para tal fin, al igual que los terrorista islámicos ponen bombas siguiendo las arengas de sus líderes integristas, nuestros peperos dinamitan el sistema siguiendo los dictados de Rouco, líder integrista radical de la secta católica en nuestro país. De un lado Fachardón y de otro Wert-zotas con sus leyes del aborto y de educación respectivamente, son los adalides de esta cruzada contra el mal, para así conseguir una buena carta de recomendación del patético arzobispo de Madrid para entrar en el cielo por la puerta grande. En su egocentrismo han decidido salvar con ellos al mayor número de españoles posibles.
Con esto, hoy y a pesar de ser un descreído, me dispongo a hacer un ejercicio de imaginación y suponer la existencia del cielo y del infierno con el fin de reclamar mi condena eterna. Sé que ellos predican la infinita bondad de Dios, pero ¿podrá salvar a alguien como yo? Viví los 80 y pequé de lo lindo, me declaro a favor del aborto, en mi grupo de amigos, casarse por las prisas parecía una religión, apadrino niños a través de ONG's laicas con tal de no dar un duro al DOMUND y sus evangelizadores, nunca visito iglesias donde haya que pagar, estoy a favor del matrimonio homosexual, me caen bien los de la ceja, apostaté y no bauticé a mis hijos y quizá lo más grave, disfruté mucho con Sor Rata de Callejón en "Entre tinieblas" de Pedro Almodóvar. Está claro que con este historial, nadie se libra de una temporadita en el purgatorio. Y luego, ¿qué? Tras el purgatorio, llegaría mi entrada en el paraíso y dada mi naturaleza hedonista y fiestera, dudo mucho que el cielo me guste. Además, se me ponen los pelos de punta sólo de pensar que por allí me encuentro a la Botella, escoltada por dos ángeles de la guarda, acudiendo a una celestial peluquería de la nube de enfrente. Me angustia la idea de ver a unos sonrientes miembros de grupos pro-vida, volcando toda su frustración con los niños del limbo. Sí, ya sé que el limbo ya no existe según el Papa Mazinger, pero puestos a imaginar, hay que imaginarlo todo.
Con todo esto, quiero reivindicar mi derecho a que nadie salve mi alma. A ir al infierno, rodeado de comunistas y demás izquierdosos ateos, acompañado por hippies fumetas, mariquitas y lesbianas. A poder conversar eternamente con perro flautas, abortistas y defensores de la teoría de la liberación. A disfrutar de fiestas paganas, con copas y buena música, en las que nadie cuestiones las creencias y costumbres del de al lado. En definitiva, a saborear una libertad máxima, aunque me pudra en el averno. Porque volviendo a la vida real, ¿no es un infierno vivir bajo el yugo y adoctrinamiento de los pajarracos?
- ¿Por qué Fachardón quiere restringir el aborto a los niveles del Vaticano? ¿Qué coño le importa a él que Pepita la del sexto no quiera tener hijos por la razón que sea? Esto es una opción, ni él ni nadie debe cuestionarla. Si a Rouco y a su troupe les gusta tanto defender la vida, ¿por qué denunciaban a republicanos escondidos en los pueblos que luego eran fusilados? Obispos, curas o monjas son responsables de muchas muertes en España, Nicaragua o Argentina.
- ¿Por qué se llaman grupos pro-vida? ¿Acaso los demás somos pro-muerte? ¿Aceptarían Fachardón y los pro-vida que madres que trabajan y no pueden pagar guarderías les planten todas las mañanas en sus casas a sus hijos para que los atiendan, hasta que ellas salgan de sus trabajos? ¿Estarían dispuestos Benigno Blanco, Rouco y su gente a pagar de sus bolsillos tratamientos y cuidados que requieren bebés nacidos con graves problemas de salud, ahora que los pajarracos nos han robado la Ley de Dependencia? Me temo que no.
- La nueva Ley de Educación que el Gobierno nos ha colado a traición, busca la excelencia según ellos, pero ¿aporta excelencia el poner la religión al nivel de las matemáticas y el inglés? ¿Tan poco han avanzado algunos que siguen anclados en el nacional-catolicismo de la Ley General de Educación de 1970? Ellos niegan el especial tratamiento de la religión, pero el hecho de que cuente para el cálculo de la nota media les desmiente.
Me da que los fascistas genoveses quieren devolvernos a lo de "la letra con sangre entra", para privarnos del "pienso, luego existo".
Felicito al escritor y ojalá se pueda dar más difusión a este tipo de reflexiones
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarEn cuanto a la difusión, en vuestras manos está. Yo intento extender mi protesta semanal, pues creo que son muchos los que piensan parecido.
Un abrazo.
Genial, me parece genial tu opinión PicoyPan. Ya echaré un vistazo a tu blog. Yo pienso parecido, así que nos veremos en el averno ^_^
EliminarSin olvidar a la mermada de Báñez y sus invocaciones marianas...
ResponderEliminarBueno, por lo menos con la Báñez, lo pasaríamos bien. Ella, hasta el culo de rebujitos y cantando la salve rociera y nosotros descojonaos.
EliminarSaludos.