Sin capital humano

     Desde hace meses y debido a la poca confianza que a estas alturas inspiran los pajarracos, estamos asistiendo a una constante fuga de capitales que superan ya los 250.000 millones de euros este año. Pero esta pérdida no sólo se cuantifica en euros. Desgraciadamente comienza a cuantificarse ya en miles de personas que se van de un país que no tiene nada que ofrecerles. Sin contar con los inmigrantes que vuelven a sus países de origen, son dos los grupos de españoles que masivamente se están yendo de España en busca de un trabajo y una vida mejor.

 

 

     El primer colectivo que huye de la violencia a la que nuestro gobierno somete a los ciudadanos son los jóvenes con preparación universitaria. Ingenieros, médicos, enfermeros, etc., huyen del paro pepero y de los sueldos esclavistas que los de la secta de la gaviota están instaurando. Estos profesionales se van con el único fin de ejercer sus profesiones en condiciones justas, aunque para ello tengan que trasladarse a Gran Bretaña, Alemania o Francia.

 

     El otro colectivo que además es el más afectado por los recortes y que está optando por abandonar España, son los investigadores. Este grupo de gente, cerebros privilegiados y con vocación de sacrificio, había vivido durante los últimos años un periodo de expansión merecido y muy necesario para cualquier país que pretenda crecer de forma sostenible. Pero llegaron los pajarracos y con ellos su obsesión por dejar todo en las manos de su Dios. Y claro, lo divino y lo mundano nunca casaron bien, de tal forma que este colectivo se convirtió rápidamente en objetivo del PP y con la misma celeridad fueron expoliados sus fondos. El Partido Patraña nunca se caracterizó por creer en el I+D.

 

     En ambos casos, la pérdida de capital humano se traduce en pérdidas económicas, puesto que los dos colectivos requirieron muchos euros para la formación de sus profesionales. En el caso de los investigadores, la pérdida se multiplica, pues algunos llevan más de 10 años con sus investigaciones y ahora, al final, cuando hay que recoger los frutos, la ineptitud del gobierno permite que sean otros los que se beneficien de sus avances y conocimientos. Es como si nos decidiéramos a hacer un gran vino y después de años manteniendo el viñedo, curando las barricas y envejeciendo el caldo en ellas, regaláramos a otros las botellas por no querer gastar un poco más en unas buenas etiquetas antes de su distribución.

 

     Muchos países europeos, así como EEUU, están encantados con estas políticas peperas, pues se llevan grandes profesionales y magníficos cerebros a coste cero y lo peor es que nuestro gobierno se queda tan campante con tal de mejorar sus estadísticas en lo referente al paro, dada su carencia de ideas para solucionar nuestro principal problema de otra forma. Por todo ésto y por lo que implica se me ocurren varias preguntas:

 

 

- Los datos son demoledores. En lo que va de año más de medio millón de personas se han marchado del país. La emigración hacia Alemania ha aumentado un 53% y por primera vez en muchos años la población española ha comenzado a decrecer, ¿qué futuro tiene un país que permite que lo más granado de su sociedad se vaya a desarrollar su potencial a otros países, mientras a los que se quedan lo único que son capaces de ofrecerles son proyectos como Eurovegas en condiciones de semi esclavitud?

 

- Fátima Báñez, adoradora de la Virgen y para nuestra desgracia Ministra de Trabajo, hace unas semanas se felicitaba de que hubiera trabajo en Alemania para muchos españoles, ¿para cuándo su cese o dimisión? Lo único que esta zángana ha hecho por España es una reforma laboral que ha multiplicado el paro día a día. ¿Cuánto tiempo más va a seguir chupando de la teta esta incapaz con cara de monja perversa y que nunca antes trabajó? ¿Durante cuántas huelgas más se va a esconder como una rata para no tener que mirar a la cara a los millones de trabajadores y parados a los que está condenando?

 

- Y por último y dada la diáspora de capital humano hacia otros mercados laborales, ¿quién pagará las pensiones del futuro en un país donde sólo quedarán jubilados, parados y trabajadores en precario? ¿Acaso Rajoy tiene otro plan oculto ahora que además la Unión Europea le avisa de la retirada de los fondos de cohesión de los que nos beneficiábamos?

 

     A estas alturas y tras un año sobreviviendo entre mentiras y juego sucio, a Rajoy sólo le queda una opción ¡DIMITIR!, que como rezaba una pancarta el 14-N, no es un nombre ruso.