Golpe a golpe

     Se han necesitado más de 4.000 desahucios y dos muertes que se sepan (habrá muchas más), para que nuestros pajarracos se den cuenta del drama que en este país viven día a día miles de familias, a los que tras quedar en el paro, los delincuentes bancarios ponen de patitas en la calle. Esta situación de miles de ciudadanos llevó al gobierno a través de su pico de oro, Guindos, a dictar un código de buenas prácticas para que las entidades bancarias se rigieran por él y que los desahucios no se produjeran. Pero claro, como se suele decir, pusieron a la zorra a guardar gallinas. ¿De verdad Rajoy y su banda pensaron que la banca iba a responder a su código? Varios meses después, el propio gobierno ha tenido que reconocer que aquel código que anunciaron a bombo y platillo ha fracasado estrepitosamente.

 

     Al fracaso gubernamental se ha sumado el tirón de orejas que esta semana ha llegado de Europa. Juliane Kokott, abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ha dictaminado que la ley española de desahucios vulnera la normativa europea, al no garantizar la protección de los ciudadanos frente a las posibles cláusulas abusivas de las hipotecas. La invocación de estas cláusulas para evitar un desahucio no está permitida por la ley española en el mismo procedimiento, debiendo denunciarse y solucionarse en otro juicio. He aquí la desprotección del pueblo frente a los bancos, pues según está la justicia, cuando se dirima en un juzgado si una cláusula es o no abusiva, el banco de turno nos ha podido desahuciar catorce veces.

 

     Esta situación ha llevado incluso a los jueces a pedir una revisión del modelo hipotecario español, pues nuestra ley tiene sus orígenes en una norma de 1861 y su última redacción, con escasas modificaciones, se produjo en el Texto Refundido de 1946. Nada que ver la sociedad de aquellos años con la actual. De ahí la denuncia de muchos magistrados que ven en la aplicación de la Ley Hipotecaria una herramienta que excluye de por vida a los desahuciados, pues se quedan sin nada al no poder pagar, pero a pesar de todo, seguirán debiendo cantidades astronómicas que los bancos se cobrarán inexorablemente si alguna vez estas familias tienen solvencia. Parece que es difícil volver a empezar para estos miles de personas que, con la ley vigente y las prácticas bancarias, se ven abocadas a la economía sumergida para no desvelar a estos ladrones de las finanzas futuros ingresos.

 

     El panorama es desolador y dada la presión de la calle y la incapacidad de los de la gaviota para aportar soluciones a un paro creciente, los pajarracos se han visto obligados a atajar el problema buscando la connivencia del PSOE. Gobierno y oposición han comenzado a reunirse para consensuar una norma que ponga freno a los desahucios. El gobierno del bobo propone una moratoria de dos años para las familias en riesgos de exclusión con menores a su cargo. ¡Vamos, un parche!...pues en dos años no parece que vaya a mejorar mucho la situación del país. El PSOE propone una ley que cambie el desahucio por un alquiler social sin que las familias tengan que abandonar su hogar. No sé cuál será es resultado de estas negociaciones, pero lo cierto es que el proceso nace cojo, pues con su habitual sectarismo, el partido patraña ha excluido al resto de grupos del parlamento, menospreciando iniciativas tan interesantes como las propuestas por la Izquierda Plural, lo que me lleva a hacer varias preguntas:

 

- Como solución inmediata, el periodo de carencia de dos años propuesto por el gobierno es pan para hoy, pero pasado ese periodo, ¿qué pasará con las familias morosas? ¿Se les desalojará o se les dará prioridad en la adjudicación de viviendas sociales? ¿Les facilitará el gobierno algún empleo para que puedan hacer frente a sus obligaciones para con los usureros?

 

- Esta semana se ha sabido que un gran número de las viviendas que se adjudique el banco malo serán derribadas a partir del 2015, ¿cuál es la finalidad de estos derribos? ¿Quizá reactivar la construcción? ¿Tan vacíos están los cerebros de los de Génova que no contemplan una salida a la crisis sin que pase por el ladrillo? ¿Por qué en vez de derribarlas y puesto que la inversión ya está hecha no se convierten en viviendas sociales?

 

- Muchos miembros del gobierno y de la secta de la gaviota hablan de la imposibilidad de llegar a la dación en pago, ¿cuántas muertes más necesita Rajoy en su conciencia para avanzar en esta dirección? ¿Acaso no incumplieron también sus obligaciones los bancos, que inflaron los precios con tasaciones interesadas de viviendas y que ahora, de nuevo con esas tasaciones, valoran a menos de la mitad?

 

 

     Simplificando, ya hay más de 400.000 razones para la huelga general del miércoles y lo peor es que los bancos tienen en proceso al menos 1,5 millones de razones más pendientes de ejecución.