domingo, 9 de septiembre de 2012

Rajoy: el increíble PPresi menguante

     Grandilocuentes sonaban las palabras del líder de la gaviota cuando hace un año, en los mítines, apelaba a la confianza y a las políticas como Dios manda para salir de la crisis. Unos meses después ganaba las elecciones y aunque con aire ridículo en las celebraciones, en sus valoraciones de los días posteriores intentaba parecer un gran estadista: seguro de sí mismo y carente de complejos. Incluso sus habituales tics y titubeos habían desaparecido.
 
 
     Bastaron un par de meses para descubrir que muchos estábamos en lo cierto. Rajoy era gato y no liebre. Y tres meses más para ver como aquel falso estadista de noviembre volvía a ser el acomplejado ministro de varios años antes, el de "los hilillos de plastilina", el inepto al que el innombrable nombró sucesor con el dedazo para poder seguir manejando el cotarro.
 
     Pero llegó junio y con junio la Eurocopa y con la Eurocopa el primer rescate, del que todavía no hemos recibido ni un euro, pero rescate. Y con el rescate la primera rueda de prensa en Moncloa desde que el pájaro bobo fue investido presidente y los españoles fuimos embestidos vilmente. Y con la rueda de prensa, la frasecita: "el que ha presionado he sido yo".
 
 
     A partir de aquí, la figura de nuestro "presi" se ha desmoronado definitivamente. Empequeñece como líder a la par que crece por Europa su fama de necio. Mengua como gobernante para crecer como servil esbirro de los famosos mercados. Su imagen recuerda al protagonista de la película "El increíble hombre menguante" de Jack Arnold. En la película, el protagonista, Scott Carey, se ve expuesto durante sus vacaciones a una extraña niebla en el mar y a partir de ahí, Scott empieza a notar como su cuerpo, día a día, va menguando. Algo parecido le ha pasado a Rajoy, quien desde que se fue a sus no vacaciones, según los pajarracos, ha comenzado a menguar hasta tal punto que ya nadie cuenta con él. Los medios de la caverna mediática que le encumbraron ya no le respetan, siendo los más beligerantes contra el bobo, El Mundo, la COPE y los de Intereconomía. Y eso que les han devuelto los toros en Tele Génova. Algunos, como Pedro J., parece que añoran a ZP, pues esta semana lo ha mencionado en dos o tres artículos, mientras otros, como Sostres, piden abiertamente a Rajoy que se vaya, que no estorbe y deje paso a la Aguirre, lo cual es bastante inquietante. Según algunos periodistas, los de la gaviota hablan ya sin tapujos de una muy próxima sustitución de Rajoy al frente del Gobierno.
 
     Pero volviendo a la película, Scott es un hombre de recursos que es capaz de zafarse de un gato que lo quiere como cena o empuñar un alfiler para defenderse de una amenazante araña. Sin embargo, nuestro presidente menguante carece totalmente de recursos para sacarnos de ésta y lo único que es capaz de hacer, decreto tras decreto, es atacar a los ciudadanos, muchos de los cuales confiaron en él, con medidas cada vez más estrictas impuestas por la famosa Troika. Lo peor para nosotros es que, mientras el fascinante film de Arnold duraba sólo 78 minutos, la era de la gaviota ya está durando demasiado con atroces recortes que nos llevan a la depresión total y sin ningún tipo de explicación convincente.
 
     Y mientras esperamos que nuestro menguante Rajoy nos comunique la nueva batería de tijeretazos que sufriremos para obtener el segundo rescate a nuestra economía abocándonos a todos a menguar con él, se me ocurren unas preguntas:
 
- Hoy mismo La Sin Razón publica en portada que el bobo pedirá el rescate en octubre, cuando sanee la banca, ¿no será más bien cuando pasen las elecciones gallegas? ¿Cuántos gallegos volverán a dar su voto a un Partido Patraña que inmediatamente después va a volver a quitarnos lo poco que nos queda? Y por cierto, ¿por qué se presenta Feijoo a unas elecciones en las que no cree? Hoy mismo ha vuelto a hablar de la insostenibilidad de las autonomías.
 
- Tras la visita de la káiser Merkel, en la que supongo que le habrá sugerido al presi menguante nuevas medidas, una vez perdidas o ganadas las elecciones gallegas, ¿qué va a tocar Rajoy? ¿pensiones, desempleo, prestaciones sanitarias,...? Ya se habla de pagar las mamografías, ¿por qué no las analíticas o los puntos de sutura? ¿Nos protegerá el menguante Rajoy de los ataques de la gran Troika? Pienso que no.
 
- Ante los ataques sufridos de sus antes medios afines y desde el interior de Génova, ¿cuánto tiempo puede aguantar Rajoy menguando y desdibujándose antes de desaparecer?
 
     Desde aquí quiero sugerir al presidente menguante una última misión, su DI-MISIÓN.
 
 

1 comentario:

  1. El problema de Rajoy es que se ha acabado creyendo su propia demagogia. Tanto repetir que la crisis era culpa de ZP y que en cuanto gobernara un partido serio dirigido por un hombre seguro como él el mundo iba a caer rendido a sus pies de estadista que ahora no entiende en su cortedad mental y su estulticia santurrona que es lo que está pasando y que está haciendo mal. Este es el problema de ahupar al poder a estos impresentables demagogos.
    http://diario-de-un-ateo.blogspot.com.es/2012/06/espana-y-uganda-no-son-tan-diferentes.html

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