TrePPar, llegar, robar.

     Puedo haber metido la mano, lo he dicho mil veces, pero nunca la pata - Juan Gabriel Cotino Ferrer

     Con esta frase se despachaba Juan Cotino allá por diciembre del 14. ¿Ataque de sinceridad o traición del subconsciente? Yo me inclino por lo segundo. Una vez conocida la trayectoria del personaje, acostumbrado a no dar explicaciones de nada y ninguneando a la prensa crítica, Cotino no pudo soportar el acoso mediático y sí, metió la pata. Este PPajarraco, de aspecto bondadoso pero de mente diabólica, acaba de ser procesado junto a otros 24 gürtelianos por meter la mano en la caja, aprovechando la visita de Ratzinger. Una trama de contratos hinchados para embolsarse comisiones, en connivencia con directivos de la tele valenciana, como no, "suPPuestamente".

     Cotino proviene de una familia de agro - terratenientes valencianos y es una de esos fachas de la UCD que acabaron en el PP. Su aspecto de solícito lameculos auguraba su condición de trePPa y en 1991 fue premiado al ser incluido como candidato en la lista electoral pepera al Ayuntamiento de Valencia, siendo elegido concejal en el primer mandato de la futura imPPutada Rita Barberá. A partir de aquí, Cotino el PPelota subió como la espuma. Con Aznar, Director general de la poli y Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana. Con el de los trajes, Consejero de Agricultura, Vicepresidente tercero, Consejero de Bienestar Social y Presidente de las Cortes Valencianas. Tras trePPar, Cotino ya había llegado a lo alto con la ayuda de Dios, el Opus y algunos mafiosos de la secta en Valencia. La repugnante actuación de Cotino en su etapa como Consejero de Agricultura, menospreciando, ocultando e incluso sobornando a las víctimas del accidente de metro en Valencia, le ayudó sin duda para seguir ocupando cargos posteriormente. Que digo yo, ¿qué tiene que ver agricultura con Fomento o Transportes? Pero Cotino era así, siempre dispuesto a ayudar para medrar.

     Una vez en la cumbre, apareció el Juan ambicioso, amigo de lo ajeno, facilitador de negocios a cambio de beneficios personales. No hay trama de corruPPción en Valencia en la que no aparezca el apellido Cotino, bien sea por la participación en ella de nuestro piadoso protagonista de hoy, de su hermano Vicente o su sobrino José. Donaciones al partido a cambio de contratos millonarios al sobrino, labores de testaferro del hermano, oscuras mediaciones con empresarios corruptos a cambio de beneficios para la familia, etc. A pesar de ser un hombre de iglesia y muy activo en el Opus Dei, parece que el séptimo mandamiento no iba con él.

     Como veis, el personaje es digno de estudio. Ahora dice dedicarse a cultivar caquis y la verdad, no le veo yo arando, fumigando o recolectando nada que no sean billetes. A saber qué negocios oscuros oculta Cotino tras sus explotaciones agrarias. Monseñor Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, le habrá perdonado, los valencianos no.