Un año más y con este ya van cuatro, llega septiembre y con él, el balance de las cacicadas peperas aprovechando que los españoles están distraídos entre piscinas, playas y verbenas o esclavizados en la terraza de algún chiringuito. Aún así, es fácil escuchar o ver algo de la actividad PPresidencial, dado que el "rey de las ruedas de prensa" como se llama a sí mismo Rajoy, ha estado muy locuaz para decir eso de que los pactos radicales de izquierdas han subvertido la voluntad de las urnas o lo de que hemos salido de la crisis y de paso regalarnos paseos por el campo con algún lugareño o la ya famosa a la par que tétrica imagen del PPresi nadando en algún rio gallego. Además de todo esto, en #CasaPP, fieles a su actividad estival, nos han regalado una serie de cacicadas de las cuales tres son especialmente graves.
La primera saltaba a los medios a finales de julio. Resulta que, aprovechando el aletargamiento normal de los españoles por la interminable ola de calor, el estricto con los demás Fernández Díaz se reunió en NUESTRO ministerio con uno de SUS delincuentes. En este caso fue Rodrigo Rato, quien según el ministro le pidió la reunión preocupado y asustado por ciertas amenazas, algo que a lo largo del verano, la rata Rato se ha encargado de desmentir con sus zambullidas desde su yate y sus relajantes entradas y salidas en vespa, coche o a pie, de su casa asturiana. Esta reunión propia de los caciques de principios del XX, en cualquier país civilizado le habría costado al opusiano ministro la dimisión. Tristemente en esta EsPPaña de 2015 esos trapicheos son lo habitual. Aún recuerdo al SÍ dimitido ministro Bermejo cuando los de la secta le acosaban por haber coincidido con Garzón en una cacería organizada por otro pepero en plena investigación de su también pepera Gürtel.
La segunda cacicada difícil de asimilar, ha sido la tramitación de urgencia de los Presupuestos 2016 en pleno agosto. Esta más que sospechosa prisa se sustanció en una gran bronca y el reconocimiento, a su manera, del propio Montoro del carácter electoralista de los presupuestos. Tras un falso debate en el que el Partido Patraña ha utilizado su mayoría para ir contra todos, las propagandísticas cuentas para 2016, quedaron aprobadas y en función del tiempo que tarden en el Senado se hará la convocatoria de elecciones. Lo único que me consuela, es que en pocos meses, este PPanfleto electoral en el que los PPajarracos han convertido los Presupuestos, serán previsiblemente derogados por el nuevo gobierno si, como parece, los de Génova no van a sumar suficientes diputados para formar gobierno.
La última barbaridad de los de la secta ha llegado ya en septiembre a cuenta del movimiento independentista catalán. Rajoy, su nefasto gobierno y su sospechosa horda de lameculos en el congreso, incapaces de dialogar y llegar a ningún tipo de acercamiento con nadie, salvo con el ultra que preside Hungría, le han montado un acto electoral a su ultra García Albiol en el Congreso. Ellos que tanto criticaban las convocatorias de "Toma el Congreso", lo han tomado al asalto sin ningún pudor para dar el primer mitin de la campaña electoral catalana anunciando una reforma del Tribunal Constitucional para empurar a Artur Mas. Semejante atropello no ha gustado a nadie, teniendo en cuenta que una vez más, el PP prostituye una institución en pro de beneficios electorales. Si a esto añadimos que dicha reforma fue presentada por el infame Hernando-PP y el propio Albiol con su habitual estilo de matón de tercera, la polémica está servida.
Como veréis, el verano de las gaviotas no ha tenido desperdicio. Mientras unos bajamos el pistón para sobrevivir a la canícula, ellos al fresco de un aire acondicionado que pagamos todos aprovechan para aPPuñalarnos. No son de fiar.
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