Condicionalidad real de un rescate virtual

     Después de casi once meses a merced de los pajarracos y acostumbrados ya a ese léxico con el que nos prometen "amor por la grupa" para no reconocer que en realidad nos van a "dar por culo", ya es difícil sorprendernos. Quizá por ésto, cuando han empezado a hablar de rescate blando o rescate virtual, me he quedado frío. Ni siquiera me indigna el eufemismo, otro más del gobierno PPatraña, ¡qué más da!

 

     La gravedad de este segundo rescate radica, en que a pesar de no haberse pedido aún, puesto que hasta que hoy no se cuente el último voto en Galicia, el pájaro bobo Rajoy no va a mover ficha, ya lo estamos pagando. Al igual que pasó con el rescate a la banca, este rescate virtual no estará exento de condiciones reales. Condiciones que seguiremos pagando los ciudadanos en una vuelta de tuerca más de esta cosa a la que llaman crisis. Por cierto, que nuestros maltrechos y saqueados bancos aún no han recibido ni un euro de aquel primer rescate de julio.

 

     Para poder optar a este segundo rescate de apellido "virtual", nuestro gobierno apretó aún más ese cinturón que ya nos da varias vueltas. Incluso Rajoy, a regañadientes, ha aceptado el famoso banco malo. A esta sociedad también se le ha puesto nombre. Un nombre, por cierto, igual de malo. Se llamará SAREB (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Restructuración Bancaria) y se adjudicará las propiedades que lastran a nuestros bancos al 50% de su valoración. Curioso que estas propiedades que hasta hace tres o cuatro años, eran la panacea, ahora se tilden de activos tóxicos. Todos estos activos serán vendidos por el SAREB aún más baratos, con lo que lo poco que queda de actividad en el sector inmobiliario acabará desapareciendo y con ello las inversiones de muchos miles de personas a las que nuestro malos banqueros convencieron para que invirtieran en ladrillos.

 

     Al margen del correctivo que ya sufrimos para optar al rescate virtual, por mucho que nuestras irresponsables gaviotas lo nieguen, nos esperan nuevas condiciones. Estas se fijarán en un nuevo memorándum que el gobierno tendrá que firmar tras solicitar la ayuda. Las condiciones incluirán nuevas rebajas de sueldos, no sólo a los trabajadores públicos. También al resto quieren bajarnos los sueldos entre un 6% y un 10%, incluido el maltrecho salario mínimo, que podría caer por debajo de los 600 euros. Otra de las condiciones que pide Europa es una rebaja aún mayor en la protección por desempleo, así como la tan traída y llevada revalorización de las pensiones, que si se hace se hará en función de un nuevo IPC en el que no se tendrán en cuenta los impuestos. Ésto y nada es lo mismo. Pero estos patanes de la gaviota, en un requiebro más de la realidad, lo venderán como la mayor subida de pensiones de la historia, aunque sea falso. A todas estas condiciones hay que sumar la que los pajarracos manchegos de Mari Cospi ya están apuntando y los valencianos han consumado: despidos masivos de trabajadores públicos.

 

     Lo peor de todo es que ni el gobierno del bobo está convencido de que este nuevo rescate virtual, blando o como lo quieran llamar, consiga el efecto buscado: bajar nuestra prima de riesgo. Ésto es posible que se produzca los primeros días, tras la solicitud de ayuda. Pero después, con la caída de la exigua actividad económica que queda como consecuencia de los nuevos ajustes, se puede quedar en agua de borrajas. Aún así, los de Génova, lo van a vestir de gran política de Estado. Guindos, hace pocos días, nos informaba de la caída del 0,4% de nuestra economía en el tercer trimestre, calificándolo de una gran noticia. Y el mismo Rajoy, tras recibir un revolcón histórico antes de ayer en Bruselas con lo de la recapitalización directa de la banca, tuvo la desfachatez de decir que el incremento de 4 puntos en la deuda no es nada preocupante. Evidentemente, ambas declaraciones están condicionadas por las elecciones gallegas de hoy, sometiendo de nuevo el interés general a los intereses particulares del Putrefacto Partido Popular. Desde luego, espero que a Feijoo y a Rajoy los gallegos les pongan en su sitio: la oposición. Pero mientras llega este momento, os traslado algunas preguntas:

 

- Para asegurarse del cumplimiento de las nuevas condiciones tras el rescate, estaremos sometidos a la llamada vigilancia reforzada por parte del FMI, que enviará a Madrid a los hombres de negro de forma permanente, ¿qué nivel de injerencia tendrán estos esclavos del dinero en la labor gubernamental de los pajarracos? Si la intromisión es importante, ¿para qué vamos a seguir manteniendo con nuestros impuestos a un gobierno o a un parlamento cuyas decisiones estarán mutiladas por los matarifes de la troika?

 

- ¿Es consciente Rajoy de que un 4% del PIB sumado a la deuda suponen 40.000 millones de euros? ¿Es consciente el "presi" de que esa cantidad es la que ha recortado a lo largo de estos meses? Entonces, ¿para qué tanto sacrificio si lo que se ha conseguido ahorrar en 10 meses, él lo ha dilapidado en 10 minutos por su incompetencia en la cumbre europea? 

 

- ¿Para qué queremos una ministra de trabajo cuyas soluciones para crear empleo pasan por pedir que nos eche un capote la Virgen del Rocío o como esta semana, solicitar a los empresarios que cuando puedan contraten, con una indulgencia tan repugnante como ella misma?

 

- Ante la convocatoria para el 14 de noviembre de huelga general y protestas es varios países de Europa, los pajarracos sólo hablan de irresponsabilidad, acusando a convocantes y huelguistas de causar daño a la imagen de España. Pero...¿acaso no es más lesivo tener un primer ministro arrinconado en Europa mientras el socialista Hollande discute con Merkel y Monti sobre el rescate a España y las condiciones? ¿No merecen Rajoy y su gobierno que los ciudadanos les hagamos una nueva huelga como protesta al hostigamiento al que nos están sometiendo estos liberales de pacotilla? ¿No merecen los de la gaviota que protestemos contra los recortes que planean aplicar a la libertad de expresión y de información?

 

 

     Francamente, visto lo visto, Rajoy y su gobierno están virtualmente acabados.