Tres frases para la confusión

     "Y cosecharon los frutos maduros de su perdición." - Edgar Allan Poe.

     En este largo periodo de corruPPtos en funciones, ex-socialistas con ganas de seguir controlándolo todo y un puñado de extraños "ciudadanos" que reciben por parte de PP-PSOE mucho más protagonismo del que les corresponde, en nuestro subdesarrollado PPaís, hemos oído de todo. Arengas, amenazas, engaños, o predicciones apocalípticas, llenan los medios desde el 20D para que unos u otros apoyen este o áquel gobierno, convirtiendo a España en una especie de bicicleta estática en la que por mucho que pedaleemos, seguimos en el mismo punto.

     "El partido más votado es el que debe gobernar": Este es el mantra con el que Rajoy y sus gruPPis quieren confundirnos. Ellos que siempre anhelan los plebiscitos que ganaba Franco con el 98%, parecen desconocer que ahora gobierna quien más apoyos suma y está claro que a Rajoy y a algun PPajarraco más, no los quiere nadie. Demasiado recorte y demasiado latrocinio en sus curriculums.

     "Podemos es culpable de que no haya gobierno de cambio": Así justifican Sánchez y sus palmeros su fallido pacto anti natura con Rivera y los suyos. La primera opción de Pedrito fue un pacto a la portuguesa, pero el odio recalcitrante que GENTUZA como Susana, TRIPEROS como Gonzalez o VEDETTES de medio pelo como Bono se lo impidieron. A Sánchez le tutelan cadáveres politicos que se llevarán el partido a la tumba y pactar por la derecha, tragándose sin rechistar el programa de C's, no ayuda. Ahora la frase se ha vuelto contra Ferraz y son el PP y C's los que acusan al PSOE del bloqueo.

     " Nosotros no hemos llegado a la política buscando sillones": Esta cacareada frase de Rivera y sus ultra-centristas, queda muy bien en mítines e intervenciones televisivas, pero esta semana, mientras Albert negociaba con Rajoy traicionarnos ante Europa a cambio de algunos sillones, hemos sabido que Riverita ya negoció su vicepresidencia y algún que otro ministerio con el tutelado Pedro. Parece que Rivera busca algo más que el bien común.

   Y con este panorama hemos llegado a Agosto, pero llegará Septiembre y Albert dará el "sí quiero" a Mariano a cambio de organizar la boda. A partir de aquí, acordadas ausencias socialistas en la investidura facilitarán el esperado enlace. ¡Felices vacaciones a todos!

Recuerdo de Pontevedra

     Los que dejan al rey errar a sabiendas, merecen pena como traidores. - Alfonso X el Sabio.

     Tras siete años como ministro de Chuki, ocho de rastrera oPPosición a Zapatero, cuatro de infame gobierno y casi uno enredando en funciones, Rajoy ya es como esas horribles figuritas, que todos tenemos en casa y que nos regaló alguien tras de algún viaje, en una boda o en la comunión de algún sobrino. Todos de una forma u otra, las detestamos, pero pasan los años y la figurita sigue en casa, eso sí, cambiada de sitio y cada vez más escondida.

     En esta linea, el peor Presidente de la democracia, es una de esas figuras que alguien hace ya muchos años nos trajo de Pontevedra y que jamás gustó a nadie, ni siquiera al autor del regalo. Nos lo soltaron un buen día allá por 1996, permaneciendo durante algunos años en un lugar discreto, posteriormente se le colocó en un rincón privilegiado de la casa, acabando al final en la mejor vitrina del salón. Desde hace ya varios años, esta nota ridícula y kitch en la que se ha convertido Rajoy, estropea el nivel del resto de motivos decorativos de nuestra casa. Es antiguo, hortera, permanece ajado e inmovil en su rinconcito, esperando que el interiorista de turno lo mueva, como él dice, en la buena dirección. Por todas estas razones, los que compraron el "regalito" y los que sufrimos su permanencia, estamos deseando hacerle sitio en el contenedor, pero el muñequito, que parece haber cobrado vida propia, se resiste a abandonar nuestro salón, ayudado por el mal gusto de un pequeño grupo de miembros de la familia.

     Trasladando todo lo anterior a la actualiadad política, el muñeco D. Mariano, es el obstáculo que rompe la armonía en nuestro país. Él que habla siempre del bien del país, pasa por ser un irresponsable que busca su interés personal para evitar pasar a la historia como el primer Presidente de la democracia que no fue reelegido. Rajoy no quiere irse y nadie en su partido da el paso para apartarlo. Él, sus PPalmeros y su ambición personal serían los únicos responsables de unas terceras elecciones, pero lejos de reconocer su error, el PPresi afrontaría la campaña como víctima de la intransigencia del resto, luciendo en su frente una horrorosa inscripción: "Rdo. de Pontevedra".